Una celadora del Servicio Penitenciario se vio envuelta en un altercado con una interna, que comenzó a golpearla en la cara y la cabeza, causándole múltiples traumatismos. Para evitar que la interna abriera la reja y tratara de escapar, usó su pierna izquierda para sostener la puerta. Por el esfuerzo, sufrió una torsión de la rodilla y una lesión en el menisco y el tendón rotuliano.
Recibió atención médica de la ART, que incluyó una cirugía artroscópica y posterior tratamiento de rehabilitación. Luego la ART le otorgó el alta médica, lo que llevó a la trabajadora a solicitar la intervención de la Comisión Médica. Se inició un trámite administrativo en el que la trabajadora argumentó que su incapacidad era mayor de lo que se le había diagnosticado.
En su demanda, afirmó que a partir del incidente también desarrolló una patología psiquiátrica, con situaciones de angustia. Tanto la demandada como la Comisión Médica determinaron que las lesiones de la trabajadora son las siguientes: «Desarrollo Vivencial Anormal Neurótico Grado II» y «menisectomía parcial interna artroscópica de rodilla izquierda sin secuelas».
En el proceso intervino un perito psiquiátrico se detalló que la trabajadora “presenta un trastorno del ánimo depresivo moderado con alto grado de angustia y ansiedad, esta patología se genera a partir del episodio que padeció en su ámbito laboral, con una situación de extrema violencia, con sensación de peligro inminente de su vida y de forma repentina, inesperada y violenta lo que justifica la afectación de su ánimo y las conductas evitativas que se demuestran con la angustia”.
Tras analizar la totalidad de la prueba, la Cámara Laboral de Viedma reconoció una incapacidad permanente, total y definitiva mayor a la diagnosticada inicialmente y condenó a Horizonte Compañía Argentina de Seguros Generales S.A. a pagarle a la trabajadora.