«Verdaderamente vomitivo», por Omar «Pocho» Lenher

Los medios del poder económico-financiero, devenidos golpistas, cada vez menos encubiertos, avanzan en su persistente tarea, logrando adhesiones de las cabezas lavadas por su prédica constante.

El objetivo es desgastar al gobierno constitucional, y así tener cada vez más argumentos para la crítica.

Me asombra que ex alumnos de la Ciudad Estudiantil avalen estas estupideces.

Me felicito de haber preferido quedarme a terminar mi secundaria en Viedma, cuando en enero de 1953 recibí la nota que me convocaba nuevamente a la C.E.

Roca había sido reemplazado por Torres, un hispanista semi fascista, clerical, antisemita, que fue adoctrinando a los alumnos en esa línea ideológica.

Supe de las conferencias de notables intelectuales nazistoides que alumbraron a compañeros militantes como Cruz que un día propuso ir a “cazar zurdos a Tucumán”, colaborador de Menem con otros C.E. que quiero mucho, pero con los que difiero.

Por suerte no todos asumieron esas actitudes, de los que tuve más cerca Pancho La Rosa, Juan Biondini, Nelson Echarren no abrevaron en esas fétidas aguas.

Evita se arrepentiría de haber pensado la C.E. como formadora de cuadros para la revolución nacional y popular inconclusa y cada vez más lejana.

No he ido a las reuniones de La Falda porque arrancaban con una misa y soy ateo. Y también porque sabía el perfil político que dominaba las reuniones.

No soy kirchnerista, ni estoy conforme con el nivel de este gobierno, pretendo más.

Quiero el estado de los primeros gobiernos de Perón, con las empresas del estado, las leyes laborales, el alineamiento latinoamericano, la propuesta emancipatoria antiimperialista.

Hoy no hay mucho espacio para eso, la sociedad individualista, consumista, insolidaria se va imponiendo a fuerza de los mensajes de la TV, de la prensa hegemónica y de artículos como este.

Milité en la Juventud Peronista desde 1953, en los 70 adherí a lo que se llamó la Juventud de la Tendencia, no fui guerrillero.

Estuve en el gobierno de 1973 a 1976 como ministro de economía de la provincia de Rio Negro y fui candidato a intendente de Viedma en dos oportunidades, superado en ambas por el Partido Provincial Rionegrino.

Asumí como concejal y nuestro bloque desarrolló una importante gestión.

Integraban el bloque de concejales dos compañeros que habían sido detenidos en 1976, uno de ellos torturado y desaparecido por un tiempo.

Desgastar a este gobierno puede tener dos consecuencias: una el golpe, otra el regreso del liberalismo entreguista.

La primera es terrible, cada vez que el peronismo fue desplazado por la fuerza del gobierno, que ejercía legitimado por el voto popular, sobrevinieron tiempos de asesinatos, apropiación de bebés, violaciones, exilio, pérdida de libertad, persecución, censura. Se prohibió decir Perón, Evita, la marcha, la música, hasta el filete porteño era subversivo.

Se ensañaron con los bustos de Perón y Evita en todo el país, arrastrados por la turba.

30.000 víctimas que el 24 recordamos plantando árboles.

La otra significa el regreso de las políticas de exclusión, concentración de la riqueza, negocios con las concesiones y demás actividades que se privatizan con los amigos, fuga de capitales, entrega del patrimonio nacional.

Evita, te pido perdón por el fracaso de tu ilusión  porque la C.E., no fue el faro de luz que encamina en la Nueva Argentina a la juventud.

Fue, para muchos, la escuela del gorilismo, antisemitismo y la reacción, de las misas en lugar de las actividades en los barrios pobres, del antiperonismo explícito.

Rodolfo, vos que tenés las direcciones de todos, difundilo, quiero que conozcan mi pensamiento.

Omar Lehner

 

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