Una trabajadora del Sanatorio Austral de Viedma sufrió la discriminación de un taxista que no la quiso llevar como pasajera por su desempeño en un centro de salud donde se detectó un caso de COVID19 positivo.
En conversación con Radio Nacional, en el programa “GCT Zona Atlántica, Del Comunicado a la Acción”, Javier Vargas, delegado de ATSA -Asociación de Trabajadores de la Sanidad- y secretario de Salud de la central obrera, comentó esta situación.
Consultado por la situación sanitaria de Viedma, Vargas expresó que “estamos en una situación complicada, lamentablemente no tenemos la ayuda plena de nuestra ciudadanía. Pareciera que somos hijos del rigor, seguimos haciendo lo que queremos”.
En este orden, señaló que “si salimos a la calle vemos gente sin barbijo, entrenando en los bulevares, en los lugares públicos no se respeta el distanciamiento, etc”.
Discriminación
En otro pasaje de la entrevista, Vargas se refirió al mal momento que vivió una trabajadora de Salud cuando un taxista no quiso llevarla porque trabaja en un lugar donde se detectó un caso positivo.
Al respecto, sostuvo que “una compañera del Sanatorio Austral fue discriminada por un taxista porque hubo COVID en su lugar de trabajo. La verdad que estamos entrando en un tema que es bastante áspero porque cuando ese trabajador tenga que venir a pedirnos ayuda nosotros no le vamos a decir “no porque tenes COVID”, todo lo contrario los vamos atender como a toda persona que necesitan una ayuda primordial”.
Por tal motivo, “no nos pareció bien la actitud del taxista que dijo “no te llevo porque podes tener COVID”. A ese taxista le digo que se está equivocando. La verdad que me apena mucho porque la trabajadora es una persona que van a cumplir una función en una institución de salud. Puede ser mucama, enfermera, hasta un mismo médico y en algún momento ese trabajador va necesitar de esa persona”.
Protocolo
En otro orden de cosas, Javier Vargas se refirió al protocolo que se utiliza en los centros de salud y en particular en el Sanatorio Austral al momento de ingresar una persona.
Según comentó, “a cada persona que ingresa le preguntamos nombre, apellido, número de teléfono, etc. Son medidas de prevención ante la posibilidad de COVID porque existe el asintomático y pareciera que la gente no están entendiendo que hay gente que no tienen síntomas. Esas personas con COVID “tienen familias y si no tienen síntomas siguen repartiendo el virus”.
Por tal motivo al ingreso de una persona a un centro de salud se piden sus datos y contactos para poder ser ubicado en caso de ser necesario.
A continuación dejamos la nota completa con Javier Vargas, secretario de Salud Laboral y Medio Ambiente de CGT Zona Atlántica.