La CGT Zona Atlántica emitió un comunicado de prensa expresando su repudio a la decisión de rechazar la Emergencia Alimentaria en la capital provincial, votada este jueves en sesión ordinaria del Concejo Deliberante de Viedma.
«Con tristeza y preocupación, asistimos hoy a una sesión del Concejo Deliberante de Viedma en donde se hizo oídos sordos y se minimizó el pedido desesperado de los movimientos sociales para declarar la emergencia alimentaria como herramienta que ayude a paliar el hambre creciente de miles de vecinos.
Desde la CGT Zona Atlántica acompañamos la solicitud de crear un registro de todos los comedores y merenderos, formales e informales que actualmente están en funcionamiento en todo el ejido de la ciudad, y partir de ese reconocimiento poder generar un plan de asistencia que involucre al Estado, pero también a sectores económicos, sociales y vecinales que se comprometen con la bandera de la solidaridad.
Estuvimos y estamos junto a las organizaciones sociales que conocen de cerca la cruda realidad que golpea a miles de familias de nuestra ciudad, y además ratificamos la advertencia que venimos formulando acerca de que el camino elegido por un gobierno insensible solo puede conducir a más hambre, miseria y tristeza.
Llamado a la reflexión
Desde ese punto de análisis hacemos un llamado a la reflexión de la clase dirigente. Con el hambre no se negocia, no se puede construir nada positivo si los padres andan desesperados por un plato de comida para sus hijos. La tragedia social que encarna un pueblo empobrecido solo dará lugar a desequilibrios sociales de impredecibles consecuencias.
Como organización gremial seguiremos bregando por el camino del dialogo que nos permita encontrar puntos en común en la necesidad de visualizar una salida decorosa a este presente lamentable; pero no podemos obviar nuestro desconcierto y estupor ante el voto negativo de la mayoría de los concejales.
Votar en contra de la Emergencia Alimentaria implica desconocer lo que sucede en los barrios periféricos de Viedma o, lo que sería más grave, no creer en la urgencia de tenderle la mano a los que más están sufriendo».