El Concejo Deliberante de Viedma trató y aprobó, por unanimidad, la modificación de la ordenanza 8707, conocida como Alta Viedma, en la Zona R4C, que es cercana al área central y se propicia como espacio de renovación urbana.
Se trata de permitir, en lotes mayores a 900 m² y 20 metros de frente, edificaciones con una altura máxima de 24 metros en la zona de la costanera que va desde 25 de Mayo a J.M. Guido.
“La modificación de esta ordenanza, que fue sancionada por este Concejo y tiene como objetivo principal generar una urbanización frente al río que le da un salto cualitativo a la ciudad, brinda respuesta a un escenario político y económico distinto. El cambio surge desde un pedido de excepción para la construcción de un edificio en esta parte de la ciudad que brindaría la posibilitad de contar con 70 puestos de trabajo por dos años”, expresó el concejal de JSRN, Pedro Bichara.
Asimismo, agregó que “habiendo tenido el debate correspondiente donde tratamos de sintetizar la mirada de los colegios, la expectativa de los trabajadores y las trabajadoras de la construcción y la realidad que nos toca afrontar, creemos que la aprobación de esta modificación es la primera respuesta a los tiempos que se vienen”.
Durante la sesión, se le brindó la palabra a la arquitecta Luciana Berenguer, quien propuso continuar debatiendo el cambio. “Esperar y volver a la mesa de trabajo con todas las partes, empresas de servicios, ingenieros y agrónomos, entre otros. Esto no va a sacar ningún puesto de trabajo, solamente va a poner en la mesa un debate que tenemos que ser responsables para hacerlo».
Por otro lado, el secretario general de la UOCRA Viedma, Damián Miller, explicó ante el recinto la importancia de la celeridad en los debates. “Coincido que merecemos debates permanentes para las definiciones de las políticas que queremos llevar adelante».
Sin embargo, resaltó: “A quién tenga este pedido de excepción le pedimos que acelere y comience realmente con las inversiones. Hagamos la Viedma que queremos de forma inmediata, la necesitamos los trabajadores y trabajadoras de la construcción”.
Para finalizar, Bichara destacó: «Quizá, para la discusión de ideas o para el andamiaje de la construcción en tiempos normales, un año y medio no sea tanto tiempo, pero un año y medio sin trabajo es una eternidad.»