Un policía retirado deberá hacer una capacitación en materia de género y cumplir otras pautas de conducta, luego de increpar a una mujer uniformada en un control de tránsito. El hombre se presentó en el lugar del operativo luego que su hija dio positivo en un test de alcoholemia.
El proceso se inició como una contravención en el Juzgado de Paz de Viedma. Se cerró provisionalmente con una suspensión de juicio a prueba luego del que el policía retirado admitiera la falta y manifestara en el expediente que “aceptaba la suspensión de juicio a prueba con las pautas que la judicatura disponga”.
Además de la capacitación, que deberá darle la Dirección de Género y Derechos Humanos de la Municipalidad de Viedma, deberá fijar un domicilio y “abstenerse de cometer faltas relativas a la integridad de las personas, respetando aún más a aquellas personas que velan por nuestra protección, como lo es una autoridad policía”.
Según la declaración de la mujer policía, el hombre se presentó y dijo: “Yo grito todo lo que quiero. Cuando vos ibas al jardín, yo ya era policía. ¿Quién te pensás que sos? Somos compañeros y me hacés esto”. También le profirió un insulto, en tono amenazante.
En el Juzgado se tomó declaración a testigos. En el fallo, el Juez de Paz explicó: “es innegable que estructuras e instituciones como el propio Estado, en este caso las fuerzas de seguridad, han servido como ámbitos idóneos para reproducir diversas situaciones de violencia contra las mujeres, por lo que resulta obligación de esta judicatura adoptar, preventivamente, medidas tendientes a evitar todo tipo de acciones que impliquen vulnerar los derechos de dicho colectivo, máxime en consideración de los sujetos involucrados. En este caso, el sujeto denunciado resulta ser un oficial policial en retiro”.
Luego citó la Convención de Belem Do Pará, la Constitución Nacional y la “normativa concordante aplicable sobre la materia”, por lo que “las medidas a disponer en la presente tendrán como fin lograr erradicar patrones socioculturales que resultan totalmente androcéntricos (centrados en el hombre) y violatorios de dicho marco normativo”.
Así, consideró “pertinente la adopción de medidas tendientes a concientizar sobre lo reprochable de todo acto de violencia contra la mujer, resultando por ello idóneo capacitar sobre dicha materia al sujeto imputado”.