Un Tribunal de Juicio de Roca condenó a un hombre de 31 años como autor del delito de tentativa de femicidio. La víctima fue la expareja del imputado. Además fue condenado por desobediencia a una orden judicial, porque el hombre violó la prohibición de acercamiento que le había impuesto una jueza de Familia. En una próxima audiencia se realizará la cesura para definir el monto de la pena que le corresponde.
La decisión de los jueces Maximiliano Camarda, Gastón Martín y Alejandro Pellizzón fue unánime. Concluyeron que el ataque con un cuchillo tuvo la finalidad de matar a la joven mujer, pero que el hombre no logró su objetivo por la resistencia que opuso la víctima y por la ayuda que le brindaron unos testigos.
En el juicio el imputado reconoció que existió el ataque ese 23 de agosto de 2023, pasado el mediodía, cerca de la esquina de América y San Juan, en la zona norte de Roca. Por eso “la controversia del juicio se centró en dos cuestiones puntuales: cuál fue el arma o elemento utilizado y si hubo o no intención homicida por parte del imputado”, explicó el juez Camarda en la lectura del veredicto.
“Sobre el elemento, no quedan dudas de que el acusado la agredió usando un cuchillo tipo carnincero de grandes dimensiones. No era la lima con mango azul exhibida (por la defensa) en el juicio. Era un cuchillo de mango blanco. En cuanto a la intención homicida, también está probada: la secuencia de cómo se desarrollaron los hechos no deja duda alguna”, precisó.
Según el veredicto, el hombre “desobedeció la orden judicial de prohibición de acercamiento que había dictado el juzgado de Familia y agredió físicamente a su ex pareja, provocándole heridas cortantes. Está acreditado entonces el contexto de violencia y la asimetría de poder”.
La intención femicida quedó demostrada porque el hombre primero “le arrojó un puntazo a la zona del abdomen, que no llegó a herirla porque ella, que tenía a su hijo en brazos, se cubría circunstancialmente esa parte del cuerpo con sus manos”. Según describieron los jueces, luego ella logró por un momento quitarle el cuchillo de un manotazo y “atinó a correr para evitar una nueva agresión, pero al regresar a buscar a su pequeño hijo, que había quedado en la calle, volvió a ser agredida por el imputado hasta que pudo pedir ayuda a transeúntes que estaban en una gomería, quienes la rodearon y evitaron que él finalizara lo que había comenzado”.
“Además de la capacidad vulnerante del cuchillo, fueron varias las lesiones que sufrió la mujer, lo que evidencia un acometimiento reiterado, que por razones ajenas a la voluntad del imputado no derivaron en el resultado muerte. Todas las lesiones fueron en la mano y el brazo derecho, que usó para defenderse del ataque”, explicó el juez.
Finalmente, el Tribunal descartó que el consumo de alcohol y drogas del imputado le hubiesen impedido comprender sus actos. “Se alejó en una motocicleta después de merodear por la zona. Tenía conocimiento de lo que estaba haciendo y dominaba sus actos”, dijeron.
El hombre fue condenado por el delito de “homicidio agravado por el vínculo y por haber sido cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género, en grado de tentativa, en concurso real con el delito de desobediencia”.