Sabido es que el general Perón tenía una debilidad por los escritores griegos y también por quienes estudiaron las estrategias y los grandes estrategas del mundo.
En virtud de algunas referencias que vienen a mi memoria, quiero compartir con ustedes una síntesis sobre una histórica batalla que aconteció en el 333 A.C. entre Alejandro Magno y el rey Darío III del imperio Persa.
En resumen, Darío preparo su ejército con los mercenarios griegos delante, Alejandro prefirió su caballería tesalia y su infantería por delante, los mercenarios griegos detrás de su ejército.
El resultado fue que Alejandro gano dicha batalla y definió la nueva supremacía de aquel mundo.
Afirman los críticos de aquella época que Darío perdió esa batalla, frente a un ejército mucho menor, por no confiar en su propio ejército.
Tal vez y tomando como referencia al gran Alejandro y al gran general, el peronismo de los próximos tiempos debería volver a confiar en su ejército de militantes y dejar a los mercenarios detrás.
Por Ceferino Namuncurá.