El año 2019 no ha sido de lo mejor para el país, la situación económica afectó duramente a las familias con menos recursos y fue necesario el accionar solidario de la comunidad para enfrentar los tiempos que corren.
Frente a este panorama ha sido vital el acciona de la fundación Te Doy Una Mano, una de las tantas organizaciones sociales que activaron su noble decisión de capacitar a quienes lo necesitaban, pero también de brindar un plato de comida a quienes le hacía falta.
En conversación con Ecos de la Comarca, el titular de la fundación, Paulo Heisler, hizo un repaso por las actividades que diariamente lleva adelante esta ONG, puesta en marcha en el año 2015.
Los inicios
La fundación “Te doy una Mano nació en el año 2015 cuando se amplía este proyecto que venimos trabajando desde la Universidad Nacional del Comahue, en su sede de Viedma. Fue así que conformamos una comisión directiva y armamos el proyecto”.
Al día de hoy la fundación Te Doy una Mano está conformada con todos los papeles que marca la ley, y su matrícula es la N° 3.261, aprobada por la provincia de Río Negro.
Con sede social en la calle José María Guido 1.180 de la ciudad de Viedma “las actividades que brindamos a la población son diferentes, algunas con salida laboral, como lo son las capacitaciones de oficio en carpintería, herrería, envasado y conserva, panadería, computación, entre otros”.
Para quienes deseen capacitarse, comentó Heisler, no hay costo de inscripción, “lo único que pedimos es el DNI por el tema del Seguro. Si bien nunca paso nada, pero siempre es bueno prevenir. Además, tenemos un contrato con una firma de Salud de la ciudad por lo que también contamos con una ambulancia, por si fuera necesario”.
Cada uno de los talleres de capacitación cuenta con un cupo de 25 personas, “lo hacemos así por el espacio físico, la idea es que todos trabajen lo más cómodo posible”, explicó Heisler.
Abuelos y viandas
En cuanto a los proyectos que tienen pensado llevar adelante, comentó que “al lado de nuestra sede contaremos con un nuevo espacio que se llamará Compartiendo con los Abuelos. Ahí la idea será brindar una merienda, al igual que lo que tenemos en el centro para todos los chicos que concurren”.
Asimismo, “tenemos pensado continuar con nuestro servicios de viandas para niños. En total asistimos a unos 200 chicos. Lo nuestro es un comedor de chicos que tiene por objetivo garantizar la alimentación de los más pequeños”.
Estamos trabajando fuertemente en el derecho a la alimentación, la mayoría son padres jóvenes y madres solteras, con grupo familiares grandes, tres veces a la semana, a veces un sábado solidarios.
Al preguntarle cómo se solventan las actividades que desarrollan, expresó que “las viandas son sostenidas por bonos de contribución y el aporte de los socios. Tenemos un bono permanente todo el año para llevar adelante las actividades porque esto es autogestionado”.
En tal sentido, explicó que “cada tanto sale un bono contribución, como por ejemplo ahora el de fin de año para recaudar fondos. Además, contamos con la colaboración de vecinos comerciantes, como es el caso de Facundo Reyes, quien colabora con bastantes premios para armar la canasta, cuando hacemos sorteos. Acá se trabaja muy transparente”, afirmó Paulo Heisler.
Gente de calle
En otro orden de cosa, el titular de la fundación comentó que “también estamos ayudando a gente en situación de calle, lo hicimos mucho sobre todo en invierno. Ellos pasan y se les comparte una cena, porque la comida no se le niega a nadie, si la tenemos la compartimos”.
Al momento de los agradecimientos, Heisler expresó que “son muchos los que colaboran con la fundación, por ejemplo la Secretaría de Deportes de la provincia de Río Negro, a cargo de Marcelo Szczygol, también tenemos muy buena relación con la Defensora Municipal del Pueblo, Nora Cader, el Municipio de Viedma y Sindicatos, como por ejemplo Sitrajur”.