La tercera jornada de la Fiesta de la Soberanía Patagónica tuvo su broche de oro con la actuación de Vicentico.
El artista, que lleva casi 20 años como solista y compositor, subió al escenario junto a su banda alrededor de las 22.30 horas, después de la actuación del reconocido músico de la comarca, Piny Panqui. Vicentico comenzó su repertorio con «68», «Las estrellas» y «Creo que me enamoré».
Con un predio colmado y el público aclamando sus grandes éxitos, continuó su show con un repertorio romántico, entre ellos el éxito: «No te apartes de mi».
El Intendente, José Luis Zara, presenció el espectáculo junto a los cientos de fanáticos. Más adelante, el compositor deleitó a sus simpatizantes con el tema «Sólo un momento», de su álbúm homónimo, y no podía faltar en la lista, la canción compuesta por Franco Simone: «Paisaje». En una pausa, Vicentico interactuó con el público: «Que lindo es estar acá, gracias por habernos invitado», dijo.
Además, destacó las bondades naturales de la ciudad: «Pasamos una hermosa tarde sobre el río, no estamos acostumbrados a ver el sol resplandecer sobre el agua, les damos gracias por eso». A continuación, entonó el clásico de sus épocas como vocalista en los Fabulosos Cádillacs: «Demasiada presión» y luego emocionó con uno de sus clásicos: «Los caminos de la vida». Sobre los últimos minutos de las 23 horas, el público vibró al ritmo de «Morir a tu lado» del disco «Solo un momento».
Casi sobre el final, y a pedido de los espectadores, volvió con los clásicos que fueron hits junto a la banda de la cual fue cofundador: Los Fabulosos Cádillacs: «Carnaval toda la vida», enganchado de «Siguiendo la luna» y «Vasos vacíos». Ya entrada la medianoche, Vicentico regaló una yapa a sus espectadores, que no dejaban de ovacionarlo y pedir «una más», a lo que el cantautor respondió con el tema: «Yo no me sentaría en tu mesa».
Exactamente 10 minutos después de las 00, culminó uno de los shows con mayor concentración de público de la Fiesta de la Soberanía, que como en las jornadas anteriores, transcurrió con total tranquilidad, al igual que la desconcentración al final del espectáculo.