Viedma. «Lastimaría la inteligencia leer las absurdas declaraciones del intendente de Mainque, Miguel Petricio, vertidas días atrás en la revista “La Tecla” contra el Senador Miguel Pichetto, si uno, viejo conocedor de las artimañas política, no las enmarcara dentro de la real malicia.
Intentar confundir, o lo que es peor, manipular a la ciudadanía, mezclando la noble gestión del Senador Pichetto en la consecución de las obras publicas con la ejecución administrativa-financiera que le correspondió a los órganos ejecutivos, nos remite al Cambalache de Discepolín cuando ve llorar la Biblia contra el Calefón.
Bien lo ha dicho el propio Senador: “Mi rol fue gestionarlas, Vialidad Nacional era la responsable de licitarlas, adjudicarlas y controlarlas”.
Pero no nos confundamos con creer solo en el absurdo de la comparación con la letra del tango de Discépolo. Aquí hay malicia de la más baja y ordinaria, impropia de quien, invistiendo los atributos de la función pública como intendente, debería hacer gala de su responsabilidad y, en caso de tener pruebas de lo que afirma, hacer la denuncia judicial y no la mediática, porque así corresponde a los deberes de funcionario. Y si no lo ha hecho es porque lo que afirma no existe, es mentira. Una vil mentira.
Que quede bien claro que ¡el real “caradura” es Petricio!
Pero el intendente de Mainqué es sólo el perro. La mano que sujeta el collar es de General Roca.
Tristemente, quienes deberían ocupar su mente y su tiempo en diseñar y articular acciones de construcción política que sumen a la causa popular rionegrina, armando una nueva mayoría con capacidad de ser alternativa al nefasto gobierno albertista, se ocupan más en desprestigiar a sus viejos aliados que en ganar mayor reconocimiento por sus cualidades propias. Y eso, aún y a pesar del renunciamiento histórico que el propio Pichetto hizo tanto a continuar dirigiendo el partido como a seguir en la lucha política rionegrina para dejar su lugar a las nuevas generaciones.
Pero sepan mis coprovincianos rionegrinos que no permitiremos el Cambalache.
Sepan que a algunos hombres político no nos resulta lo mismo ser derechos que traidores… Ignorantes, sabios o chorros, generosos o estafadores…
El tiempo demostrará quienes son unos y quienes otros, y tengan la seguridad de que Miguel Pichetto será honrado por su generosidad, aun y a pesar de estos traidores».
Por Roberto Vargas.