APEL Río Negro cumple este 17 de abril 36 años de historia. Resulta difícil resumir en pocas palabras tantos años de lucha y dedicación para proteger la dignidad laboral y salarial de los empleados legislativos rionegrinos.
Hubo que atravesar un gran número de obstáculos y dificultades para llegar, al menos en nuestra provincia, a conformar un Poder Legislativo fuerte, dinámico y con gran protagonismo en su esencia, es decir, en la elaboración de las normas legales que hacen al funcionamiento de todo un Estado, con una comprobable e insustituible participación de los trabajadores.
En primera instancia fue necesario rearmar un ámbito de diálogo y discusión que había sido violentamente disuelto por la dictadura militar.
No fue sencillo recorrer el inicio de ese camino, aún desparejo y con baches, pero con un rumbo claro y preciso que tenía como destino final la permanencia del sistema democrático que hoy podemos disfrutar.
Lógicamente aún perduraban los vestigios de la peor época de la Argentina moderna y con ellos, por supuesto, los temores e incertidumbres ante el recuerdo de la macabra historia reciente.
Pero ni esos miedos pudieron ser una valla para que los trabajadores de la Legislatura rionegrina se mostraran absolutamente decididos a recomponer su ámbito laboral, más legítimo y valedero que nunca, donde hacía falta su presencia y constancia para afirmar un símbolo de la democracia argentina: el Parlamento.
EL INICIO
Los primeros años de vida de APEL, como el de gran parte de la sociedad, sirvieron para restaurar las graves heridas provocadas por el gobierno militar, lo que se alcanzó desde el punto de vista institucional, pero que tomó otra dirección en el aspecto político y económico.
Fue así que el comienzo de la década del ‘90 encontró a una Legislatura provincial con baja credibilidad social (16% de imagen positiva promedio), que si bien mejoró a fines de 1995, no difería a lo observado en la generalidad de las organizaciones parlamentarias.
No obstante, para llegar a esa ruta ascendente fue necesario que los empleados públicos rionegrinos –entre ellos los legislativos- superaran el tramo más vergonzoso de la historia institucional rionegrina. En medio de la denominada ‘década infame’, extraña era la oportunidad que se cobraran los salarios en tiempo y forma; todo lo contrario, lamentablemente era moneda corriente percibirlos con varios meses de retraso. Obviamente que de manera constante sobrevolaba el fantasma de los despidos masivos y la comunidad en general, tras apuntar sus críticas a los gobernantes, no tenía piedad con los agentes estatales que protagonizaban una protesta tras otra para lograr recibir sus sueldos.
Movilizaciones, marchas y protestas de diferentes características formaban parte del escenario que se presentaba por aquellos años en Río Negro y que a través de la prensa era conocido y seguido por todo el país.
Muchos rionegrinos -en medio de corridas por las calles de Viedma, del ataque indiscriminado de la Policía, de las balas de goma, los gases lacrimógenos y otras agresiones inexplicables- seguramente han pensado que se había tocado fondo, que era una situación sin retorno y que la democracia volvía a peligrar.
“Pero era algo que no se podía permitir; había costado mucho recuperar la Legislatura y había que hacer lo imposible para alcanzar la paz social, en medio de un estado –casi- de anarquía”, expresa el Secretario general de la Asociación de Empleados Legislativos rionegrinos (APEL), Alejandro Gatica, al reflexionar sobre esos acontecimientos.
Fue por ello que en la primera charla de los dirigentes de APEL con las autoridades que asumieron en diciembre de 1995 les expresaron claramente que era absolutamente preciso apostar al diálogo, que no había otra salida. Sin embargo, dejaron muy en firme que de ninguna manera dejarían de defender los intereses de los trabajadores legislativos rionegrinos.
Y así lo hicieron. Mantuvieron su postura con decisión y convicción, pese a las críticas que se escuchaban por esa actitud conciliadora, lo que constituía una clara señal de incomprensión de un estilo de gestión sindical que luego debieron adoptar todos los sectores porque –irremediablemente- no había otro posible.
El año 1996 transcurrió por un sendero en el que el objetivo principal del gremio y de las autoridades legislativas era la reconstitución financiera que, entre otras cuestiones, permitiría –lentamente- un reacomodamiento de los salarios.
Pero no trabajaron solos para eso. Pensando siempre en lo que vendrá, APEL inició una firme tarea para alcanzar la estabilidad laboral de los agentes de este Poder mediante el pase a planta permanente del personal jornalizado que no perteneciera a la parte política. Durante noviembre y diciembre de 1996 se llevaron a cabo las primeras evaluaciones, que arrojaron un resultado excelente y posibilitaron que 38 personas accedan al tan buscado puesto. En esa oportunidad, las pruebas contenían temas como: legajo personal, desarrollo de tareas específicas, cultura general político-institucional y temas de actualidad.
Paralelamente, en el transcurso de esos doce meses, se llevaron adelante otros importantes trabajos, tales como la confección del Manual de Misiones y Funciones y el Organigrama, a través de un convenio con el Centro Universitario Zona Atlántica de la Universidad Nacional del Comahue. Asimismo, se detectó la necesidad de capacitar a la gente y decidieron invertir, junto a la patronal, para lograr la cofinanciación de la puesta en marcha de diferentes talleres, charlas y jornadas.
Todo esto redundó en el mejoramiento de la imagen del Parlamento rionegrino, pero hubo que poner mucho empeño y dedicación porque no hay recetas mágicas. Corrigiendo errores, con austeridad, productividad y presencia en cada una de las áreas para solucionar sus problemas, logramos vincular mucho mejor a la Legislatura rionegrina con la sociedad.
Obviamente que para alcanzar esa meta decidimos APEL no se detuvo con el correr de los años y fue perseverante en la aplicación de medidas y puesta en marcha de acciones para continuar con el mejoramiento de la calidad laboral su nuestra gente.
También fue tarea del gremio legislativo actualizar el Manuel de Misiones y Funciones. Otra de las finalidades de ese momento fue elaborar un organigrama funcional que contenga que contenga a todos los empleados que realizan funciones de carácter permanente no vinculadas a la transitoriedad y composición política del cuerpo, cumpliendo servicios en los distintos departamentos de la sede central. Este propósito se pudo obtener mediante la descripción del puesto de trabajo, definiendo el perfil necesario para ocupar cada uno de los cargos, basándose en los conocimientos, experiencias y condiciones requeridas para tal fin.
CAPACITACIÓN
Sin descuidar todo lo mencionado anteriormente, el año 1997 fue calificado por APEL como el punto de partida para la capacitación del personal, que permite el crecimiento profesional de los trabajadores de la Legislatura. Mediante un convenio con la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) se llevaron a cabo las primeras jornadas, con el objetivo general de modernizar el aparato parlamentario, mejorando su funcionamiento interno y su imagen pública. La intención era que el conjunto de la ciudadanía entienda que aquello que hace la legislatura tiene valor. Este es el principal concepto de la competitividad. Agrega un servicio y un producto diferenciado que otros estamentos de la sociedad no hacen.
Sin embargo, la puesta en marcha de estas capacitaciones no fue sencilla debido a los costos que producían, por lo que se debió explorar otros modos de concreción. No necesariamente suponían altos valores, incluso algunos pudieron aplicarse a través de convenios muy beneficiosos para las partes. Eso supone una dosis de imaginación mucho más alta de la que se está acostumbrado cundo uno espera que todo el financiamiento provenga del Estado.
Pero el resultado de las capacitaciones no solo se advirtió dentro de Legislatura, sino que trascendió la misma. En el año 1999 un grupo de trabajadoras tuvieron la posibilidad de realizar una pasantía en la biblioteca del Congreso de la Nación, donde pudieron comparar el desempeño en ese lugar con las tareas que llevan a cabo diariamente en sus lugares habituales de trabajo. La experiencia les sirvió para valorizar las condiciones de trabajo de las que disponen en Río Negro, fundamentalmente la disponibilidad y comodidad edilicia, aunque lograron obtener conocimientos en el nivel organizacional y técnico.
A partir de allí comenzaron a aplicar métodos de coordinación entre diversos sectores de la Legislatura, teniendo –por ejemplo- un procedimiento uniforme en cuanto a las búsquedas de material, a efectos de que no se tornen tan complejas.
Otro aspecto vinculado con la capacitación está vinculado con la terminalidad (o en muchos casos inicio) de los estudios secundarios de los agentes legislativos, lo que –por ejemplo- en el año 2000 fue posible gracias a un convenio con un Centro de Enseñanza Media y el Ministerio de Educación, mediante el cual las partes se comprometían a un desarrollo conjunto de acciones formativas con el propósito de mejorar las competencias laborales de los empleados.
De esta manera se creó la carrera de nivel secundario semipresencial “Perito Auxiliar en Relaciones Humanas”, destinada al Poder Legislativo y permitiendo a los participantes iniciar o continuar sus estudios, facilitar el acceso y permanencia en una modalidad que contemplaba sus posibilidades de estudiar, desarrollar su formación de manera autónoma, fortalecer capacidades para desempeñarse con mayor eficiencia y eficacia en su ámbito laboral y aprender conocimientos de los distintos campos de una formación integral y especializada en las relaciones humanas.
No obstante, por distintas razones no fue fácil para el personal debido a que implicó un gran esfuerzo personal después de tantos años de inactividad en los estudios. También se advirtieron dificultades para retomar el hábito de la lectura. La diversa y abundante cantidad de materias de estudios, unido a la presentación en fecha de los trabajos prácticos, generaban un estado de ansiedad difícil de controlar.
Pese a todo ello, hubo un reconocimiento generalizado hacia el proyecto, que constituyó una oportunidad única para los empleados legislativos.
Pero se fue más allá, especialmente teniendo en cuenta que las funciones que desarrollan los afiliados a APEL han adquirido cada vez mayores niveles de complejidad, que exigen una creciente actualización de los conocimientos con relación a la comprensión del sentido y la diversidad de los procesos legislativos y las tecnologías de gestión involucradas.
De este modo se buscó facilitar el desarrollo de una carrera de nivel superior relacionada con el campo específico de la labor parlamentaria. Por ello se inició una búsqueda de alternativas que derivó en la educación a distancia, teniendo en cuenta dos razones: la experiencia previa de educación secundaria semipresencial mencionada anteriormente y las dificultades manifestadas por los potenciales destinatarios con relación a las exigencias de una oferta presencial.
La información llegada a APEL sobre la creación de una posibilidad de educación superior a distancia -de la Universidad de Tres de Febrero- consistente en un Tecnicatura en Gestión Parlamentaria, posibilitó iniciar acciones para elaborar una propuesta conjunta con esa institución.
Fue así que en agosto de 2006 se puso en marcha esta especialización.
AJUSTE
Desde 1995, cuando la convulsión social desbordaba el “proyecto rionegrino”, APEL presentó una propuesta alternativa para la reducción de gastos, que ponía a salvo al Poder Legislativo de los ajustes por venir. Así pudo alcanzarse el mayor ahorro con relación a otros estamentos del Estado: el recorte de gastos generales del cuerpo fue, en poco más de un año, del 33 por ciento. Para ello se redujeron los gastos reservados de los legisladores y el Presidente, se eliminó el rubro subsidio y ayuda a indigentes y las pensiones graciables. Los gastos de pasajes, teléfonos y equipamiento fueron revisados exhaustivamente.
En la lectura de la situación política y social de aquel año de zozobra, APEL entendió que su mayor contribución era demostrar que con eficiencia y eficacia podía funcionar una administración. Es que la búsqueda de beneficios partidarios, el exceso de puntos distribuidos en los bloques y la falta de control sobre el personal político jornalizado, eran moneda corriente. La superación de esta negra etapa fue contribución de todos los empleados, que confiaron en la dirigencia gremial.
No obstante, dichos esfuerzos fueron tenidos en cuenta por las autoridades legislativas de ese momento, aunque no ocurría lo mismo con quienes gobernaban la provincia. La prueba de ello era que en los escalonados cronogramas salariales de 1997 –por ejemplo- el sector de los legislativos siempre quedaba relegado para el final de la lista. Eso, lamentablemente, continúa sucediendo en la actualidad.
Pero allí no se detenían los reclamos de APEL que, como se podrá observar, llevaban horas y horas de trabajo y gestiones.
En agosto de ese mismo año debimos se concretó un reclamo para lograr que se deje sin efecto de manera inmediata la aplicación de un descuento sobre los salarios, que variaba entre el 1,5% y el 3%. Ese monto de dinero tenía como concepto un ‘aporte extraordinario’ cuyo destino era la cuenta de la ex Caja de Previsión Social. El detalle que transformaba en injusta e innecesaria esta quita de haberes era que esa Caja ya había sido transferida a la órbita nacional, por lo que se había transformado en un subsidio sin devolución de los trabajadores activos a favor de los gastos corrientes que afrontaba mensualmente la provincia.
Como en todo proceso de regularización de una situación, el normal pago de los salarios a los agentes públicos rionegrinos tuvo altas y bajas. En el año 1999 se advertía mes a mes que la situación volvía a ponerse cuesta arriba y que el cronograma de haberes se retrasaba. A tal punto llegaron las circunstancias que a finales de diciembre de ese año APEL realizó nuevas medidas de fuerza (cese de actividades, paros totales y movilizaciones) para reclamar sueldos que tenían una demora de poco más de dos meses. Se inició de esa forma un largo camino con realización de asambleas a diario, donde se decidían las medidas a seguir. La situación se extendió por tres semanas, debido a que el Poder Ejecutivo seguía postergando a nuestro sector.
Sin embargo, con las autoridades legislativas hubo siempre una adecuada relación y comprensión, a tal punto que en los momentos más duros se suspendieron los pagos de servicios pendientes, para dar prioridad a los salarios y se autorizaron comisiones de servicios a fin de cumplir coberturas legales, pero sin adelantar sus pagos, sino que se realizaban por reintegro hasta que hubiera fondos para tal fin.
Pero en todo momento APEL tuvo una gran satisfacción: la de contar con el soporte incondicional de la gente, lo que se podía comprobar en cada una de las asambleas.
En el marco de una característica permanente de nuestro país, también en Río Negro cada vez que todo parecía que transitaba por carriles normales surgían nuevas crisis y, con ellas, distintas ideas para reducir el gasto público.
En marzo del 2001 la Federación de Empleados Legislativos de la República Argentina (FELRA) debió salir con contundencia al cruce de aquellas versiones que indicaban que había serias intenciones de implantar un sistema unicameral para legislar en las provincias.
“Consideramos en ese momento, y lo mantenemos, que una medida de estas características sería una evasión de potestades y no respetaría el más elemental derecho de independencia. Una decisión de este tipo pretendería desconocer tradiciones históricas, aspectos jurídico-culturales y realidades políticas específicas”, opinó Alejandro Gatica.
Daba toda la sensación de que constituyó un intento de desviar la atención de los grandes hechos de corrupción del momento.
Las legislaturas provinciales están conformadas por hombres y mujeres de probada capacidad técnica y honradez de principios, aunque probablemente algunas de ellas tengan o hayan tenido sus plantas de personal sobredimensionadas.
“Estoy totalmente convencido que se trata de una posición facilista y peligrosa, que podría desembocar en una falsa democracia, donde el Poder Ejecutivo carezca del necesario control de sus actos y el pueblo pierda su representatividad”, dijo el titular del APEL.
Poco tiempo después, siempre a través de la FELRA, se dieron a conocer varias propuestas orientadas a reducir el gasto. En primera instancia se reclamó la inclusión del sector trabajador en el diseño de los presupuestos de las legislaturas provinciales, que aseguraran el respeto irrestricto a la estabilidad laboral y salarial.
Se insistió con la autarquía financiera, con el objetivo de transparentar sus funcionamientos y financiamientos y denunciar las conductas clandestinas no comprometidas con el trabajo y la ciudadanía, en función de recuperar la ética de este Poder como pilar básico del sistema democrático.
DESDE EL GREMIO
El mejoramiento de la situación económica y social de los trabajadores legislativos no sólo se obtiene con mejoras en sus haberes, sino que se debe atacar una serie de circunstancias para afrontar hechos imprevistos, para darse placeres o para acompañar acciones cotidianas y simples, pero igualmente preponderantes.
Uno de los pilares que APEL consideró imprescindible construir para atender debidamente a sus afiliados era el edilicio, ya que desde un principio se sabía que había que disponer de un sitio adecuado para brindar los servicios que año tras año se incrementaban.
Una necesidad que inmediatamente planteó el trabajador fue la posibilidad de acceder a líneas crediticias, para lo cual se efectivizaron convenios con diversas entidades financieras y bancarias. Luego de probar con algunas alternativas, se afianzó una estrecha y sólida relación con el Banco del Sol, que siempre ha tenido un trato preferencial con APEL, incluso en los momentos –que desgraciadamente se reiteran en nuestro país- de inestabilidad económica. Los créditos personales permiten a los empleados contar con dinero en efectivo de forma inmediata y reintegrarlo en cuotas descontadas directamente de la liquidación de haberes.
Otros recursos a los que se acudió para auxiliar a los afiliados en momentos de crisis han estado vinculados con la provisión de diversos elementos necesarios para cualquier familia.
En 1999 APEL recibió la visita de un empresario de Capital Federal, con la alternativa de instalar una proveeduría de ropa formal e informal, método que ya utilizaban en casi 800 mutuales y sindicatos del país. Todo comenzó en una conferencia en Jujuy –sobre el rol del gremialismo y el mutualismo- donde pidieron antecedentes para implementar dicho sistema en Río Negro. Fue allí que le sugirieron al empresario conectarse con APEL porque se estaba haciendo una obra importante y trabajando realmente para la gente.
“Esos son pequeños detalles que nos llenan de orgullo y que nos demuestran que no solo los legislativos comprenden nuestra tarea, sino que el resto de la comunidad entiende la idea que la única manera de sacar adelante a nuestro país es seguir haciendo obras y adoptado medidas para beneficiar a todos”, remarcó Gatica.
Un aspecto al que APEL brindó mucha importancia es a los hijos de sus afiliados. Por tal motivo, en el año 2001 dos trabajadoras legislativas que se desempeñaban en la biblioteca –y eran profesoras en instituciones educativas de Viedma- pusieron en marcha un gabinete de apoyo escolar para Nivel Medio en las materias básicas. Las clases se dictaron en las instalaciones de nuestro gremio y comenzaron luego de un relevamiento de las necesidades, lo que se hizo mediante la distribución de planillas que los interesados debieron completar. Esta idea surgió porque se detectó que los padres buscaban profesores particulares para que sus hijos mejores sus rendimientos pedagógicos. Con el proyecto se lograron dos objetivos: abaratar los costos y, socialmente hablando, comenzar a tener relación con otros integrantes de la familia de los legislativos rionegrinos, en este caso los chicos.
Todos los puntos mencionados anteriormente, relacionados con los beneficios sociales y laborales que permanentemente APEL intenta brindarle a los trabajadores legislativos rionegrinos, se ven reflejados cada vez que hay elecciones en el gremio. Más allá de quien resulte ganador, es muy importante destacar el nivel de participación que se ha registrado en los últimos 30 años.
SEDE GREMIAL
Cuando cualquier dirigente asume la responsabilidad de estar al frente de un gremio, organismo, empresa o cualquier otra entidad, seguramente trae consigo todo tipo de sueños, entre ellos el de alcanzar una mejora edilicia en el lugar que lo tiene varias horas diarias de su vida y que, principalmente, sirve para recibir a las personas que allí concurren permanentemente.
APEL, como muchos otros, nació prácticamente con el retorno de la democracia a nuestro país. Puntualmente cobró vida en 1984 y para funcionar y llevar a cabo las tareas iniciales, como es lógico, se alquiló un pequeño local donde permaneció durante más de una década.
Luego de muchos esfuerzos se pudo adquirir una porción de tierra y construir allí lo que a la postre sería el inicio de la actual sede gremial, social, recreativa y deportiva (en la calle Guatemala 229 de Viedma). Obviamente, no se logró de un día para otro y difícilmente pueda decirse algún día que las autoridades de APEL están satisfechos o que se arribó al final.
En el año 1995 vieron con orgullo que habían terminado un espacio físico que, aunque humilde y pequeño, era suficiente y adecuado para llevar a cabo la acción diaria y recibir a allí a los trabajadores legislativos.
Sin embargo, al constatar que la respuesta de la gente a la permanente convocatoria de APEL para unirse a su trabajo era el incremento del número de afiliados y –consecuentemente- de ingresos, comenzaron a considerar la posibilidad de tener una mayor área que nos posibilite realizar actividades de todo tipo.
Fue así que el 29 de noviembre de 1997 se inauguró un gran salón de usos múltiples, donde diariamente grandes y chicos concurren a toda hora para practicar la más variada gama de disciplinas deportivas, en algunas de las cuales sus equipos compiten en el máximo nivel local y zonal.
Pero no es solo eso, hace 10 años se inauguró una pileta semi olímpica, que está instalada en un gran predio al aire libre (que posee otra piscina para los chicos y cancha de fútbol). Todas ellas instalaciones son las adecuadas para que cada verano los hijos de los afiliados y niños de la comunidad en general puedan disfrutar de la pileta sin restricciones o concurrir a una completa colonia de vacaciones.
Con respecto a esto último, durante los meses de verano de cada año todos los chicos de Viedma, que poseen entre 5 y 12 años de edad, tienen la posibilidad de acudir para practicar actividades al aire libre en un escenario muy difícil de hallar con similares prestaciones.
Todas las disciplinas deportivas y recreativas se llevan a cabo bajo la estricta coordinación de experimentados profesores.
LAS FIESTAS
“Si bien lo que les diré a continuación puede sugerir frivolidades, para nosotros es un gran momento de cada año: la Fiesta del Empleado Legislativo rionegrino, que celebramos cada 1 de diciembre”, reconoció Alejandro Gatica.
Para la conducción de APEL no se trata de organizar un evento para recaudar algunos fondos mediante la venta de entradas a este evento. La demostración de ello está en que el saldo de cada uno de estas conmemoraciones arroja un equilibrio, ya que todo lo recaudado es invertido en servicios para esa velada y en premios para los concurrentes.
Cada festejo congrega a más de 700 personas, que disfrutan de excelente gastronomía y diversión. Un párrafo aparte merecen los premios que se entregan esa noche. Sin embargo, más allá de las cuestiones monetarias y materiales, lo que APEL pretende con estas fiestas es que los legislativos y sus familias encuentren un momento de distensión y fortalezcan sus relaciones fuera del ámbito laboral, lo que seguramente redundará durante el resto del año en un mejor contacto entre ellos.
ENCUENTROS NACIONALES DEPORTIVOS
Pero esa necesidad de intercambiar experiencias y conocerse entre los legislativos, desde el punto de vista de la Comisión Directiva, era posible llevarla más allá de las fronteras rionegrinas. Así es que surgió la idea de generar una reunión federal donde los legislativos puedan demostrar sus habilidades en diversas disciplinas deportivas y recreativas.
Lo propuso APEL ante la Federación de Empleados Legislativos de la República Argentina (FELRA) e inmediatamente le otorgaron a Río Negro la responsabilidad de organizar todo.
Se pudo manos a la obra y el resultado fue el 1º Encuentro Nacional de Empleados Legislativos, llevado a cabo en Viedma y el balneario El Cóndor en abril de 2006. No fueron muchos (sólo tres provincias), pero sirvió de puntapié inicial para que año tras año el evento crezca y la cantidad de trabajadores legislativos supere actualmente el millar en cada certamen.
LARGAS LUCHAS
“Si bien sentimos una enorme complacencia por los logros obtenidos durante nuestra permanencia al frente de APEL, hay cuestiones que –aunque ambiciosas- aún no hemos podido resolver ni alcanzar, pese a nuestra insistencia y permanentes gestiones, admitió Gatica.
Solo por mencionar una, quiero hacer hincapié en la autarquía financiera del Poder Legislativo.
Ello fue planteado en marzo de 1995 y propone la independencia para el manejo de las partidas presupuestarias y la integración de una comisión bipartita que garantice ecuanimidad en el reparto de los fondos.
Esta iniciativa brindaría garantía para que el Poder Ejecutivo respete los porcentajes históricos que tuvo el Legislativo para funcionar, especialmente manteniendo la independencia, tal cual lo establece la Constitución provincial y la participación gremial en la designación del destino del dinero.
La idea fue reinstalada en abril del 2001, oportunidad en la que se destacó que una propuesta similar había sido presentada por el gobernador de ese momento, Pablo Verani, pero 10 años antes, cuando se desempeñaba como legislador.
La intención de APEL era (y es) que se le asigne al Poder Legislativo como fuente de financiamiento el 5,2% del producto de los recursos tributarios provinciales, coparticipación sobre tributarios nacionales y regalías hidrocarburíferas. Se agregaba que dicho porcentaje debería elevarse el 5,9% tras ponerse en marcha el Tribunal Fiscal y la Defensoría del Pueblo.
DIGESTO JURÍDICO
En otro orden de cosas, se emprendió una lucha para tratar de mantener por el buen camino una tarea que desarrollaron mayormente los trabajadores legislativos, aunque comandados por profesionales en la materia: el Digesto Jurídico. Este trabajo comprendió el reordenamiento y optimización de las leyes rionegrinas. No fue sencillo, pero merced al esfuerzo de un grupo de trabajadores se logró llegar al final del recorrido y gozar hoy de un espectro normativo claro y acorde a las necesidades de la población y las autoridades.
No obstante ello, APEL debió cinchar para evitar algunas intenciones que –de ceder a ellas- hubiesen provocado injusticias y gastos innecesarios para el Estado, ya que se pretendió que la base documental de las leyes rionegrinas se asiente fuera de la Legislatura. Inmediatamente APEL se ocupó de revertir esta situación, lo que por fortuna obtuvieron con el respaldo de todos los sectores políticos rionegrinos y de la Justicia de la provincia.
IPROSS
“Nuestra premisa de trabajo siempre ha tenido como meta primordial el apoyo a cada uno de los afiliados a nuestro gremio, la solución de los problemas diarios y l disposición de la más variada gama de servicios”, sostuvo Gatica.
Añadió que “hoy en día, gracias al apoyo de la gente, podemos enorgullecernos de tantos logros políticos y gremiales alcanzados, desde las obras edilicias en nuestra sede sindical, como en la lucha constante con la patronal y sus políticas de turno”.
En este marco, dijo que el tema salud “tampoco fue ajeno a nuestra labor, lo que nos llevó a efectuar permanentes gestiones individuales y conjuntas –con otros gremios- en reclamo de una mayor participación sindical en la administración de la obra social rionegrina IPROSS”.
ACTIVIDADES DEPORTIVAS
La Comisión Directiva de APEL siempre estuvo convencida de que el deporte es una de las maneras más efectivas de mejorar la calidad de vida de las personas. Esa certidumbre sirvió para que año tras año se sumen actividades diversas orientadas a todas las edades, pero especialmente a los más pequeños.
Es por ello que durante estos 35 años fueron múltiples las disciplinas que se enseñaron, por lo que el cupo de asistentes crece año tras año.
Actualmente son alrededor de 300 los alumnos que concurren diariamente al predio del gremio legislativo para aprender y practicar fútbol, patín, voley y gimnasia aeróbica. “Tenemos colmados todos los horarios y nuestras instalaciones permanentemente”, lo que nos provoca una enorme satisfacción”, remarcó Gatica.
Por otra parte, el deporte también ha sido útil para integrar a los propios trabajadores del Poder Legislativo. Por tal motivo todos los años se llevan a cabo las Olimpíadas Internas (en proximidades del Día del Empleado Legislativo Rionegrino, cada 1 de diciembre). En ellas los agentes de la Sede Central, bloques, Defensoría del Pueblo y Tribunal de Cuentas compiten en varias disciplinas, con el fin –especialmente- de pasar buenos momentos.
MODIFICACIÓN DEL ESTATUTO
El año 2018 fue importante para la organización y funcionamiento interno de APEL, ya que se concretó una modificación del Estatuto gremial, con la finalidad de modernizar su funcionamiento.
Entre otros cambios se duplicó la cantidad de integrantes de la Comisión Directiva y se amplió la participación del género femenino al 50%. “Las mujeres legislativas no están de relleno en nuestro gremio, sino que ocupan Secretarías importantes. La mujer se ganó esos lugares y nosotros tenemos el deseo y la obligación de respetar eso”, sostuvo Gatica sobre dicha medida.
En cuanto a las nuevas áreas de APEL, las que inmediatamente iniciaron acciones concretas fueron las Secretarías de la Mujer, de la Juventud y de Derechos Humanos. Lo hicieron a través de la participación en diferentes eventos en la provincia y fuera de ella por parte de un grupo de integrantes de la CD. Pero también mediante la organización de charlas, las que se continuarán realizando teniendo en cuenta la buena respuesta de las asistencias a las mismas.
ÚTILES ESCOLARES
La política de acompañamiento de APEL a sus afiliados es permanente. Desde hace más de 15 años se entrega a los afiliados una serie de elementos con el objetivo de acompañar el inicio del ciclo lectivo de sus hijos. La intención del gremio legislativo es ayudar a solventar los gastos que origina el comienzo de las actividades escolares de los chicos. La ayuda significa la entrega de guardapolvos y útiles escolares.
Este beneficio es uno de los tantos que APEL pone en práctica permanentemente, a fin de que los agentes legislativos y los integrantes de su núcleo familiar tenga una mejor calidad de vida.
Asimismo, se trata de retribuir las atenciones y el respaldo que de manera constante le brindan a quienes conforman la entidad gremial de este sector de trabajadores estatales.
JUNTA DE ADMISIÓN, DISCIPLINA Y CALIFICACIONES
La Comisión Directiva de APEL propuso que los representantes de los trabajadores en la Junta de Admisión, Disciplina y Calificaciones sean, en el futuro, designados por dicho gremio.
Los empleados que integran la Junta son dos, elegidos por el voto directo de los agentes pertenecientes al Poder Legislativo provincial y sus mandatos duran un año. Los restantes integrantes pertenecen a la patronal y son designados por el Presidente de la Legislatura.
Gatica fundamentó la idea al mencionar que este tipo de nominación por parte de un gremio “ya se utiliza en la mayoría de los sectores y puntos del país”. “Sin ir más lejos, esto sucede en el Poder Ejecutivo rionegrino”, acotó.
Al hacer referencia a la mejoría que podría producirse en el funcionamiento de la Junta, sostuvo que “los trabajadores nos aseguraríamos que nuestros representantes tengan cabal conocimiento de todos los procesos administrativos necesarios para defender nuestros derechos y actuar con justicia en casa caso en particular”.
En ese sentido dijo que “la forma más genuina de asegurar esa defensa –mediante un trabajo conjunto y simultáneo- es teniendo el respaldo y la apoyatura del gremio que oficialmente nos representa, en este caso APEL”.
“Nuestro sindicato está conformado por dirigentes con una amplia experiencia en el terreno laboral en general, y legislativo en particular; además de contar con el asesoramiento permanente de diferentes profesionales contratados a tal fin”, aseguró Gatica.
Más adelante hizo hincapié en el interés que APEL demuestra por todas las áreas de la Legislatura, ya que “siempre hemos presentado candidatos para todos los escalafones, y no para uno sólo, como hacen otros sectores que se oponen permanentemente a nuestro trabajo y ‘ningunean’ a los compañeros de Servicios y Maestranza, por ejemplo”.
DÍA DEL NIÑO
Eva Perón dijo en una oportunidad que “el país que olvida a sus niños, renuncia a su porvenir”. Y tenía mucha razón porque serán los continuadores de nuestras luchas, por una sociedad mejor y una Patria más grande.
APEL es un gremio que se encarga de defender los derechos de los trabajadores legislativos, de gente adulta, pero los niños son sumamente importantes y gran parte de sus acciones están orientadas a ellos.
Es por eso que todos los días pasan por sus instalaciones cientos de chicos que toman clases de diferentes disciplinas deportivas. Cada verano, además, se organiza la Colonia de Vacaciones, en las que se divierten y aprenden juntos.
En fin, son varias las ideas y proyectos que se desarrollan para contenerlos socialmente, para ayudarlos en su desarrollo y para contribuir en su crecimiento.
Por todos estos motivos es que APEL, además, desde el año 2010 festeja el Día del Niño, evento que se trata de mejorar permanentemente con el aporte de la Comisión Directiva del gremio, colaboradores y el cuerpo de profesores del área de Deportes.
En síntesis, les proponemos pasar una tarde imperdible y disfrutar cada momento con la familia y los amigos.
FARMAPEL
“El sindicato de los empleados legislativos rionegrinos tendrá su propia farmacia en Viedma”. El anuncio fue hecho en diciembre de 2013 por Alejandro Gatica durante la Fiesta legislativa. Pocos días después, a mediados de enero siguiente, la promesa se convirtió en realidad.
FARMAPEL abrió sus puertas en el local de la calle Álvaro Barros 350 de Viedma, entre Buenos Aires e Irigoyen, frente a la plaza Alsina.
La farmacia propia era un viejo objetivo del gremio conducido por Gatica y pudo alcanzarse ese año (2014) luego de intensas gestiones en el área de Salud Pública de la Provincia, y de un gran esfuerzo económico sindical.
Más allá de contar con medicamentos provenientes de varias droguerías, posee un importantes stock de productos de perfumería y para bebés.
Los afiliados pueden abonar mediante descuentos en sus liquidaciones salariales mensuales. Lógicamente, es una farmacia que atiende las obras sociales más utilizadas en la zona, gracias a que se ha adherido al Colegio de Farmacéuticos de la Provincia.
PARITARIA PROVINCIAL
El titular de APEL consideró conveniente la conformación de una comisión paritaria para todos los estatales de la provincia, como actualmente tienen los docentes y judiciales.
“Eso permitiría al gobierno provincial sentar a todos los sindicatos en igualdad de condiciones y discutir recomposiciones salariales iguales para todos los sectores. Luego cada uno determinará en su jurisdicción -en función del presupuesto y disponibilidades financieras- cómo se llevará adelante, sin apartarnos de ese acuerdo general”, puntualizó.
Manifestó que “desde siempre se realizan acuerdos individuales y eso provoca que algunos consigan más y otros menos” y pidió a los legisladores que “sería saludable que redacten un proyecto de ley en ese sentido”.