Un joven de Choele Choel fue condenado a 16 años de prisión por el homicidio de otro joven, la coacción que ejerció sobre la madre de esa víctima y el intento de homicidio de un adolescente. Los violentos episodios ocurrieron la madrugada del 17 de junio de 2023 en el Valle Medio.
En un juicio abreviado parcial realizado en abril, el imputado, de 19 años, aceptó su responsabilidad en todos los delitos por los que fue acusado. Este jueves, un Tribunal de Juicio de Roca integrado por los jueces Oscar Gatti y Alejandro Pellizzón y la jueza Laura Pérez le impuso la pena.
De acuerdo con la sentencia, todo comenzó pasadas las 5 de la madrugada. El imputado y tres amigos circulaban en un auto por la Ruta 250, desde Lamarque hacia Choele Choel. A la altura del kilómetro 281, cerca de una estación de servicio, el conductor estacionó en la banquina y se produjo un incidente dentro del auto.
Allí ocurrió el primero de los delitos: el imputado, Matías Matamala Escobar, comenzó a agredir con un cuchillo al menor de sus amigos, a quien acusaba de haberle sustraído un celular. Fuera del auto hubo corridas, golpes y más amenazas. El adolescente, finalmente, fue golpeado en la cabeza con una piedra. Perdió el conocimiento por el traumatismo de cráneo y sobrevivió luego de pasar varios días internado. Así se configuró la tentativa de homicidio contra el menor de edad.
En el mismo contexto, Matamala Escobar también agredió y amenazó a otro de los ocupantes del auto, Jeison Pinilla, quien pudo escapar corriendo del lugar pero terminó, dos horas más tarde, convirtiéndose en la víctima fatal de los violentos sucesos.
El segundo hecho ocurrió en la casa de Pinilla. Matamala Escobar llegó cuando el joven ya estaba durmiendo. Ingresó a la casa y golpeó y amenazó a la madre Jeison, usando una barra de hierro, una pinza, golpes de puño, patadas y sujeciones. Luego la obligó a destapar y exponer a su hijo, configurando la coacción agravada. Finalmente, con el hierro golpeó reiteradamente al joven en la cabeza y le causó la muerte por múltiples fracturas.
Los fundamentos
En la audiencia de cesura la fiscalía solicitó una pena de 16 años de prisión, mientras que la querella solicitó 18. La defensa, por su parte, había requerido 10 años de prisión. En su sentencia el Tribunal analizó varias agravantes y atenuantes.
Como atenuantes tuvo en cuenta la corta edad del imputado (18 años recién cumplidos al momento del hecho), que “recién ingresaba al campo de la punibilidad plena”. Valoró su “historia vital compleja”, su estado de “vulnerabilidad por duelo”, graves situaciones de violencia familiar, consumo problemático de sustancias y falta de herramientas para afrontar los conflictos. “Eso no justifica ni explican los hechos, pero debe tenerse en cuenta para la mensuración de la pena”, explicó el Tribunal.
Además, valoraron como atenuantes su falta de antecedentes, más el hecho de que “asumió su responsabilidad y manifestó su arrepentimiento y pedido de disculpas a las víctimas, expresiones que se apreciaron como sinceras y evidenciaron angustia”.
Como agravantes, la sentencia destacó el “despliegue de violencia inusitado” y “los inconmensurables daños psicológicos y físicos, que resultan prácticamente de imposible reparación”. Sobre el homicidio de Jeison Pinilla, los jueces valoraron que fue “rayano a la alevosía”.
Otra agravante fue que dos de las víctimas eran “sus pares, sus amigos de años”, lo que hizo que el ataque fuera “sorpresivo” más allá del conflicto que se había generado por el teléfono celular.