Con la presencia de una decena de testigos, comenzó en Viedma el juicio oral y público contra una mujer acusada de haber provocado la muerte de tres personas en el marco de un siniestro vial. La acusación coincide en que fue la conducción “sin el debido cuidado y prevención y sin conservar el dominio efectivo del vehículo” de Esther Liliana Ibañez Padilla lo que produjo el impacto entre ambos vehículos. Ella – agregan- manejaba con un alto nivel de alcoholemia y utilizando su teléfono celular.
El choque se produjo “el 17 de marzo del 2024, momentos antes de las 22.30 hs., en la Ruta Nacional 250”. Sobre esa traza la imputada conducía la camioneta Hilux, en dirección Viedma – Conesa mientras que Andrade conducía su vehículo Duster, en sentido contrario. Él circulaba junto a sus hijos Juan Cruz y Tomás y su madre Martha.
Según la Fiscal que encabezó la acusación, la mujer “a la altura del kilómetro 2,320 al inicio de la curva invadió el carril contrario, inobservando la señalización horizontal (doble línea amarilla) que prohibía tal maniobra. Se produjo así un despiste sobre la banquina izquierda (contraria al sentido de circulación), luego de lo cual, y al querer retomar nuevamente su carril, colisionó en el lateral derecho al vehículo en el que se trasladaba la familia Andrade”.
“Momentos después de la colisión, la mujer se fugó del lugar sin intentar socorrer a las víctimas” enfatizó, en el marco de la descripción del hecho, la Fiscalía.
La calificación legal es la de homicidio culposo (3 víctimas) y lesiones leves culposas (1 víctima). Todo ello agravado por haber sido en la conducción antirreglamentaria de un vehículo con motor, por haberse dado a la fuga y no haber intentado socorrer a las víctimas, por no respetar las señales de tránsito que indican el sentido de circulación vehicular, por el número de víctimas fatales, por encontrarse con un nivel de alcoholemia superior a 1 gr. por litro de sangre y finalmente, por culpa temeraria.
Adelantó la Fiscalía que en las jornadas previstas de juicio reconstruirán “el devenir de esa noche y de la madrugada siguiente”.
La ronda de testigos comenzó hoy minutos después de las 9:30 horas con el testimonio de Andrade. Luego dos peritos, una mujer perteneciente a la Policía de Río Negro y el titular del área de Reconstrucción virtual de la Procuración General, dieron precisiones sobre la mecánica del hecho y algunas de las circunstancias agravantes.
Seguidamente brindaron su testimonio las dos primeras mujeres que llegaron al lugar, ambas describieron la dramática escena y acreditaron que nunca vieron allí a la imputada “que luego del hecho se fugó sin intentar socorrer a las víctimas”.
Para reconstruir las horas posteriores al hecho hasta que se dio con la mujer en General Conesa, se convocó y fueron escuchados dos integrantes de los Cuerpos de Seguridad Vial de Viedma y Conesa que relataron cómo fueron las tareas de búsqueda en el lugar hasta que ubicaron a la conductora en Conesa y quien le alquilaba la vivienda y describió el contacto que tuvieron con la mujer y su actitud evasiva.
A partir de mañana se sumarán como testigos, profesionales que realizaron pericias técnico científicas entre ellos la psiquiatra del Cuerpo de Investigación Forense y el titular de la Oficina de Telecomunicaciones de la Procuración General que realizó la extracción forense del teléfono de la imputada. Ese dispositivo ofrecerá «las pruebas que demostrarán que la mujer iba utilizando su celular instantes previos al hecho, en un notorio estado de ebriedad y con un accionar tendiente a ocultarse y a ocultar el hecho», finalizó la Fiscal.
A su turno la querella enfatizó en que se está frente a un homicidio culposo en el que “se dan todas las agravantes, un hecho que podría calificarse casi como un dolo eventual». La defensa, en cambio, habló en sus alegatos de un accidente. La segunda jornada de producción de prueba comenzará mañana martes a las 8:30 horas, nuevamente en el Auditorio del Poder Judicial.