Este 9 de julio nos convoca un hecho muy especial: el Bicentenario de la Independencia. Hoy, somos nosotros los que continuamos escribiendo la historia que comenzó hace 200 años, cuando los representantes de las Provincias del Sud clamaron la liberación. Nada los detuvo entonces, porque el honor de ser impulsores de una nueva Nación estaba por encima de cualquier ambición personal.
Resulta perentorio reflexionar sobre lo vivido porque tenemos una responsabilidad con el pasado y una obligación con el futuro. Todo lo sucedido en nuestro país fue producto de las decisiones y acciones llevadas a cabo por las autoridades de turno; aquí no es válido alegar obediencia a su época, sino incumbencia.
Como representantes del Pueblo de Río Negro nos hemos planteado ser fieles replicadores de los ideales de la Revolución, en pos de recuperar con firmeza concepciones que deben funcionar como bases de un proyecto político integrador: democracia, federalismo e igualdad. Estas son las banderas que levantamos con convicción y compromiso, porque asumimos la responsabilidad del protagonismo en una sociedad en constante evolución. Estamos convencidos de que sumando esfuerzos y voluntades, lograremos la transparencia que todos deseamos.
Nuestra pretensión es simple: conjugar teoría y praxis, y sintetizar en este proyecto la democracia, la libertad, el respeto mutuo, el espíritu transformador y la equidad. Queremos consolidar un espacio común, con oportunidades para todos y donde la educación, el trabajo, la cultura y el deporte brinden las posibilidades de crecimiento individual y colectivo. Estas fueron siempre las líneas de acción de nuestros próceres y por eso los recordamos con orgullo; su coraje y visión estratégica permitieron cortar las cadenas de la opresión y posicionarnos ante el mundo como una Nación.
Los principios que realzamos son claros e indeclinables, y con esta seguridad proponemos seguir escribiendo las páginas de la historia de un país que en ocasiones ha perdido el rumbo. En este Bicentenario vamos a enfocar nuestra brújula hacia un nítido horizonte, y juntos -porque así debe ser- vamos a construir la Argentina que todos merecemos.