Aguiar alertó que se siguen erosionando los ingresos de trabajadores, jubilados y sectores populares con el congelamiento de precios

“Es ineficaz”, dijo Rodolfo Aguiar, Secretario Adjunto de ATE Nacional, en referencia al congelamiento de precios a productos de supermercado dispuesto por el Gobierno nacional, y consideró que “se tiene que terminar con la especulación de los formadores de precios y se debe empezar a escrachar a los empresarios que no cumplan».

Indicó que es la historia la que ha demostrado que los controles de precios “han sido ineficaces si los mismos no forman parte de programas de transformación económica más amplios”.

Sobre la Resolución 1050/21, donde el Ejecutivo retrotrajo los precios de 1.432 productos a valores del primero de octubre, que se mantendrán congelados hasta enero de 2022, ATE aseveró que la medida fue duramente cuestionada por el sector privado, especialmente por los dueños de los principales grupos económicos involucrados en la cadena de producción y venta de estos bienes esenciales, los cuales concentran las principales ganancias en la cadena.

El gremio alertó que en Argentina, el 74% de la facturación de productos de góndola es representado por 20 empresas, entre las que nombró a “Molinos Río de la Plata, Arcor, Unilever, Mastellone, Coca Cola, Danone, Procter & Gamble, Cervecería Quilmes, Pepsico, Mondelez, Nestlé, Bagley”, entre otras.

Y precisó que varias de las empresas alcanzadas por la medida aumentaron fuertemente sus ganancias en el último año y sostuvo que “en el caso de Molinos Río de la Plata, una de las principales opositoras a su aplicación, informó a la Bolsa de valores que durante el primer semestre del 2021 obtuvo 998 millones de pesos de ganancia”.

En esa línea, Aguiar aseguró que «los precios de la mayoría de los productos se elevan por prácticas monopólicas” y reafirmó que “hay que ponerle fin a la alta concentración económica en el mercado de los alimentos. Debemos exponer públicamente a los grupos empresarios que persiguen ganancias inmorales a costa del empobrecimiento de la gente».

Puntualizó que «la pandemia puso a prueba la economía mundial. En la Argentina el desafío es lograr un shock de distribución para aumentar la demanda y dinamizar el mercado interno”, y agregó que las características del gran empresariado de nuestro país “tornan inútil el congelamiento de los precios para tratar de bajar la inflación y el poder adquisitivo de los trabajadores y jubilados continúa cayendo».

Indicó, además, que el último informe del Indec marcó que la Canasta Básica Alimentaria aumentó 2,7% en septiembre y en el año acumuló una suba del 32,3%», y señaló que “el Gobierno debe entender que este tipo de medidas debe ser acompañada con el aumento de salarios y jubilaciones, además de un salario universal para quienes se encuentren en la informalidad».

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