3J: Contra las violencias machistas y la precariedad de la vida

«Como mujer siento en el alma la cálida ternura del pueblo de donde vine y a quien me debo.»

«De nada valdría un movimiento femenino en un mundo sin justicia social.»

Eva Perón

Lo dijo Evita: No hay equidad de género sin justicia social y no hay justicia social sin equidad de género. Los debates de las luchas feministas latinomericanas sostienen que la posibilidad de desentramar las violencias machistas implica un cambio cultural que tiene que ver con la visibilización de la opresión social, económica, política e histórica que representa este sistema de dominación  llamado patriarcado.

Junio no es un mes más en las agendas feministas. El 3 de junio de 2015 nace Ni una menos como una expresión masiva destinada a visibilizar las violencias por razones de género. Año a año, la fecha vuelve a promover la necesidad de seguir trabajando en contra de las distintas expresiones y modalidades de la violencia.  A siete años del primer grito, este viernes la calle volverá a ser el lugar para las demandas de la marea que no se cansa de exigir «Libres y con vida nos queremos». Este grito se transformó en un ícono de este largo camino de construcción por una sociedad justa e igualitaria para todos y todas.

Hoy, los femicidios, los travesticidios y transfemicidios, son temas de agenda social y política porque las opresiones, los maltratos, las inequidades, como formas crueles de vulneración de derechos humanos de las mujeres y disidencias, han logrado interpelarse. En estos años, sin embargo, no bajaron los asesinatos de mujeres u otras identidades femeninas por razones de género a pesar de que se visibilizó el problema y se han implementado fuertes políticas públicas a nivel nacional para llegar antes, en la ayuda, a las víctimas.

Aún queda un largo camino por recorrer, porque el problema es complejo y las respuestas deben ser integrales. Las cifras de femicidios en nuestro país continúan mostrando la necesidad de profundizar la modificación de aspectos estructurales del entramado social que sostiene las violencias. 

La transversalización de la perspectiva de género es una realidad en las políticas públicas a nivel nacional: por primera vez tenemos un ministerio de Mujeres, Género y Diversidad, que es claramente una conquista de las luchas feministas y un compromiso del Estado con los derechos humanos de las mujeres y las disidencias. Que las violencias, las inequidades estructurales de género sean una política de estado y una política de la sociedad, marcan el posicionamiento del estado argentino en relación a la intolerancia a las violencias machistas.

La creación del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, el programa Acompañar, el Plan Nacional de Igualdad en la Diversidad, el Acuerdo Federal contra las Violencias de Género, el Plan Nacional contra las Violencias por Razones de Género, la creación del Sistema Integrado contra los Femicidios, la sanción de la ley de Interrupción Legal del Embarazo, la ley de los 1000 Días, la ley Micaela, el proyecto de Ley Integral de Cuidados, son conquistas de derechos que conjugan las luchas en las calles y la  decisión política de un estado presente.

Desde nuestro espacio, continuamos fortaleciendo una agenda social y legislativa para el sostenimiento de las banderas contra la violencia machista y patriarcal junto al movimiento de mujeres, los feminismos y las Organizaciones Sindicales, Políticas y Sociales. Asumimos el compromiso de continuar trabajando para desnaturalizar y visibilizar las violencias sufridas por las niñas, mujeres y disidencias, con la convicción de que no hay justicia social si persisten las violencias por razones de género.

Este compromiso se traduce en proyectos que toman las demandas de las organizaciones sociales y las traduce en propuestas para la ampliación de los horizontes de derechos humanos de las mujeres y disidencias para la autonomía económica, el acceso a recursos para garantizar derechos, la protección integral, prevención, asistencia y erradicación de las violencias, la autonomía en la toma de decisiones públicas, la transformación cultural. 

Este 3J acompañamos las expresiones de nuestros territorios que,  con diferentes tonos y las mismas demandas, se escucharán en distintas calles y plazas de nuestra provincia. Las agendas feministas han ampliado sus horizontes y hoy se manifiestan por una reforma judicial feminista, la re-distribución de la riqueza, el acompañamientos a quienes son victimizadas por la violencia machista, la protección de niños, niñas y adolescentes que quedan en orfandad por los femicidios, salarios para las cuidadoras territoriales. Con estas demandas el  “Ni Una Menos” retoma la ocupación de las calles.

El crecimiento en las encuestas de opinión de referentes políticos antiderechos nos responsabiliza ante este presente. En este sentido, convocamos a la sociedad a movilizarse, a debatir, a generar una conversación transversal, en casas, escuelas, medios, política, iglesias, clubes, universidades.

El Ni Una Menos es una expresión de nuestro pueblo y tarea impostergable de todos y todas.  Estas son las deudas de la democracia con los derechos humanos de las mujeres y las disidencias; por eso sostenemos que la agenda de género es urgente, es impostergable y es ahora.

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