La edición N° 41 de la Regata del Río Negro llegó a su fin. Con un destacado marco de público en cada una de las etapas y con un final acorde a la magnitud del evento, el español Federico Vega Suárez y el esloveno Jost Zakrajsek, se alzaron con el triunfo. Ellos, como el resto de los competidores debieron atravesar diversas dificultades para llegar a la meta.
Más de un centenar de embarcaciones salieron desde Neuquén, algunos con el sueño de llegar a la meta y otros con el claro objetivo de alzarse con el triunfo.
Según cuentan los participantes y al escuchar en los medios radiales los relatos de la competencia, la tarea no fue nada fácil. De los que largan, no todos llegan, y aquellos que alcanzan la meta, tienen que atravesar distintos obstáculos; uno de ellos ‘remar contra la corriente’. Frase que no solo se aplica a los navegantes, sino también a la vida diaria, y que siempre viene acompañada de ingredientes fuertes y amargos: como el miedo, el fracaso, el dolor, la impotencia y una serie de sentimientos que lo llevan a uno sentirse débil e inseguro. O bien, sacar lo mejor de sí para continuar, y avanzar a pesar de las dificultades.
Los competidores de la regata debieron sortear distintas etapas para llegar a la meta, algunas más largas, otras más cortas. En unas la corriente del río los empujaba hacia adelante, en otras ocasiones la corriente adversa les hacía más difícil la competencia, consumiéndoles más energía de lo previsto; pero nunca dejaron de remar.
De la misma manera es la vida en tierra firme también, pasamos por distintos períodos. Algunos intentan retrasar nuestro avance, y otras situaciones nos animan tanto que parece que estamos tan solo a la vuelta de la esquina de alcanzar nuestros sueños.
‘Remarla’ en la vida, aun contra la corriente, es un ejercicio que robustecerá los ‘músculos’ de nuestra fe, tan necesaria para iniciar proyectos, tener esperanza y concretar sueños.
La Biblia, nos alienta a depositar la fe en Jesús, “Autor y Consumador de ella”, según el libro de los Hebreos.
Una cosa, es ‘remarla’ en la vida sin fe, o con una fe débil y titubeante, y la otra, es alimentar y desarrollar la misma en nuestro Creador. Es fundamental en este momento de la historia de la humanidad, utilizar los ‘remos’ de la fe, para salir adelante y perseguir nuestros objetivos.
Pastor Aldo Pier
Face: Aldo Daniel Pier
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