La engañaron por Instagram y consiguieron mover 400 mil pesos de su cuenta bancaria

Una mujer del Alto Valle, clienta de una tarjeta de crédito, fue víctima de un engaño que se produjo a través de Instagram. Primero le ofrecieron distintos servicios por teléfono, después un asistente virtual le requirió datos por la red social. Finalmente le acreditaron un préstamo que ella no había solicitado y lograron mover el dinero. El fuero Civil dictó una medida en favor de la damnificada.

Un juzgado Civil de Cipolletti resolvió una medida cautelar y le ordenó a la Tarjeta Naranja abstenerse de realizar reclamos judiciales o extrajudiciales tendientes al cobro del préstamo acreditado el 30 de mayo. También le prohibió a la firma informar o incluir a la clienta en cualquier base de datos con antecedentes financieros negativos.

¿Cómo fue el engaño?

Según consignó la mujer en la presentación, a fines de mayo comenzó a recibir llamadas de Tarjeta Naranja ofreciendo diferentes servicios: seguros, arreglos de electrodomésticos por roturas, entre otros. 

Cansada de las promociones, envió por Instagram un mensaje al perfil “naranjax” explicando la situación. En la plataforma, el asistente virtual de “NX” le pidió un número de contacto. Luego se comunicó vía telefónica una persona masculina que se presentó como personal de Tarjeta Naranja y le solicitó una nueva clave para la tarjeta, la cual validó desde el correo electrónico. También le pidió el número de CBU para acreditarle un beneficio de 29.000 pesos.

Tras la maniobra, la mujer advirtió que le habían acreditado 429.000 pesos. Entonces la volvieron a llamar e invocaron una supuesta falla en el sistema. Enseguida le pidieron la devolución de los 400.000 mil pesos, vía transferencia.

Con todo ese despliegue, consiguieron obtener un préstamo por parte de Tarjeta Naranja y derivar el dinero a otras cuentas.

La mujer hizo la denuncia en una fiscalía y reclamó ante Tarjeta Naranja. La firma desestimó su pedido y la intimó a la devolución del dinero. En ese contexto, recurrió al fuero Civil para obtener la medida cautelar.

El juzgado Civil N°1 hizo lugar a la pretensión de la clienta y dictó medidas para que la financiera evite todo tipo de reclamos contra su clienta, hasta que se resuelva la cuestión principal. 

“La parte más débil de la relación es la aquí actora en tanto destinataria de la utilización de un sistema diseñado por la entidad bancaria, sobre quien pesa el despliegue de todas las salvaguardas que doten de confiabilidad al mismo para su operación electrónica o digital (cajeros automáticos o homebanking)”, dice la resolución.

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