Las impactantes imágenes difundidas esta semana en televisión, nos permitieron conocer la existencia de esta pequeña localidad del norte de la provincia de Buenos Aires, y dimensionar la tragedia que sufrieron sus vecinos con motivo de las inundaciones. ¿Mala planificación, falsas promesas, los que sufren son siempre los mismos? Más allá de todo esto, ‘La Emilia’, nos dejó una enorme lección.
La localidad de La Emilia pertenece al partido de San Nicolás, en el extremo norte de la provincia de Buenos Aires, con una población cercana a los 7 mil habitantes.
La ciudad vivió la peor inundación en 50 años. Hubo al menos 4 mil evacuados y autoevaluados. El agua superó el metro y medio de altura en la mayor parte del pueblo.
Entre las pérdidas por lo sucedido, el Gobierno confirmó el deceso de una persona, además de innumerables pérdidas materiales; como viviendas, negocios, vehículos y muebles de todo tipo.
A esto se sumaron las fuertes críticas a los funcionarios de turno, quienes por momentos ‘brillaron por su ausencia’, según testimoniaron los vecinos afectados, personal de Bomberos y Policía, “quienes se mostraron indignados ante la falta de la solidaridad de autoridades provinciales y ministeriales”, según citó La Nación.
Pero una vez más, los mismos damnificados, los verdaderos afectados, aquellos que perdieron todo o casi todo, nos dieron una lección de verdadera solidaridad en esta catástrofe climática.
Alberto es uno de ellos, nació y se crió en La Emilia, es carnicero. El agua entró en su local y en su casa, y perdió todo.
Sin embargo, cuando el agua subió y las calles estaban llenas de televisores, heladeras, muebles y sillones flotando, Alberto decidió olvidarse de sus cosas y ayudar a los demás con su lancha.
A esto se suma el gesto de cientos y cientos de argentinos, la mayoría de ellos sin conocer el lugar, que se identificaron con el dolor ‘ajeno’ e hicieron de ellos su propio dolor y causa.
Se dice que en los momentos difíciles aflora el verdadero carácter de las personas y esto es lo que demostraron los vecinos del lugar, quien en medio de la adversidad, más allá de los reclamos entendibles, decidieron luchar, no solo por ellos, sino por su prójimo.
El Apóstol San Pablo, les enseñó a los creyentes de la localidad de Filipos, ciudad de Macedonia oriental, la importancia y la riqueza espiritual que produce el “no mirar solo lo de uno, sino también fijarnos en lo de los otros”, con el fin de poder ayudar. (La Biblia)
Hace más de 2 mil años ya se hablaba de solidaridad, valor este, que es necesario recordarlo en los tiempos que vivimos, ya que es una de las columnas fundamentales en la búsqueda de una construcción para una mejor sociedad, no tan apurada, ansiosa, materialista e individualista, como por momentos podemos ver.
Pastor Aldo Pier
Face: Aldo Daniel Pier
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