Julio «Pitufo» Barcena, veinte años de metal y rock en la Comarca

Viedma. Julio Cesar Barcena, músico de rock y metal de la Comarca Viedma Patagones visitó los estudios de Frecuencia VyP y participó del programa “Bajo Control”, que se emite los jueves de 20 a 22, oportunidad en la que realizó un recorrido por sus 20 años de trayectoria como artista.

Al comienzo de la entrevista, al ser consultado por sus inicios, “Pitufo” como todos conocen a Julio Barcena, comentó que “los comienzos fueron de muy chico, tendría unos 13 años. Ya en esa época me interesaba mucho tocar la batería”.

Fue así que con el correr de las prácticas, “comencé tocando con unos amigos, Willy Aguilera, Sergio “Demonio” Martínez y su  hermano, juntos  armamos mi primera banda que fue Xenofobia”.

Dicho grupo tuvo una corta duración, pero así y todo logró algunas presentaciones en vivo y marcó los inicios musicales de Julio Barcena, quien a mediados de la década del 90 junto con “Zangano” y Walter “Indio” Pazos coincidieron para armar la primera formación de Tribulación.

“Para esa época ya tenía unos  16 años, recuerdo que iniciamos con la banda Tribulación, conformada por “Zángano”, que tocaba el bajo y cantaba, el Indio estaba en la guitarra y yo en la batería”.

Luego de unos años tocando en la Comarca, “nos fuimos a estudiar música a la ciudad de General Roca y la banda tuvo los primeros cambios, ingresó un cantante, el “Borracho” con quien grabamos un demo. Teníamos todos temas propios, pero con cantante nuevo empezamos de cero y armamos nuevos temas, estábamos a full en esos años”.

La primera producción de la banda llevó por nombre “Reclamando Justicia” y fue editada en 1996, “fue una época muy linda, tocábamos en todos lados, ensayábamos un montón y la pasábamos muy bien, que era lo más importante”.

Aquel año Tribulación regresó a Viedma y con el disco bajo el brazo “hubo show en varios lugares de la Comarca y la región, recordando muchos rockeros aquellos recitales de Tribulación en Sabotaje, un local de la calle Sarmiento.

Después de un tiempo, “el cantante se fue de la banda y ahí tomé la voz del grupo, igualmente probamos varios cantantes, pero no daban con la tecla. Además, siempre nos gustó el formato trío y ahora -2018- estamos cómodos así”.

No obstante, volviendo en el tiempo, llegó el año 1999 y “nos fuimos para General Roca donde grabamos  el segundo disco de la banda. Recuerdo que nos hizo sonido y grabación “El Chano”, quien ya manejaba nueva tecnología, que recién aparecía, calcula que ni siquiera había celulares, pero él incluso tenía las notebook, era todo nuevo”.

En la ciudad del alto valle rionegrino la banda grabó un disco en vivo, “fue tremendo porque se grabó de una, pero sonaba muy bien. Para haberlo hecho como se hizo, ese disco salió muy bien”.

En su regreso a la capital provincial “tocábamos mucho presentando ese material, en esos años hacíamos muchos show con Raíz”. Sin dudas algunos de los más recordados son los realizados en la mítica aula 15 de la Universidad Nacional del Comahue junto con el entonces Centro de Estudiantes.

Nuevo mileño

Por aquellos años, 1999, “hubo un recital al aire libre, denominado “Un invierno pesado”, que quedó en la historia de la banda y los rockeros de la época. “Hacía un frío tremendo, pero el recital estuvo bárbaro y fue mucha gente”.

Por aquellos años la banda tenía dos guitarras, una de Walter Pazos y la otra de “el Coco” Castrillo, “la banda sonaba terrible, fue una buena formación”.

De hecho con esa formación tocaron en la Fiesta del Estudiante de 2001, realizada en la plaza 1 Junta con un lleno total, superando en cantidad de gente a la fiesta oficial que se hizo en la costanera.

También hubo otro recital memorable ante más de 5 mil personas, fue en los corsos 2002 organizados en el bulevar Ituzaingó, en el barrio Santa Clara por integrantes de la Junta Vecinal y el Centro de Estudiantes del Curza, en el marco del proyecto “La Universidad en el Barrio”.

Después, “paramos como cinco años, igualmente nos juntábamos a tocar porque nunca hubo  peleas en la banda, ni nada parecido, siempre fuimos amigos”

En el medio de la separación, “armé Augurio, con Matías Carrasco, Ezequiel Nicoiello y Carlos Gelos en el bajo, aunque también pasaron por esa banda Crobella y El Chango. Fue una época linda, tocamos mucho por varios lugares, era metal extremo”.

Finalizada esta etapa de la vida y ya establecido en la ciudad de Viedma y con la edición de la revista Todo Eventos “Pitufo” dejó de lado el metal y comenzó a incursionar en el tango.

“Tuve una época en la que Incursioné en el tango, cantando con Pichuco. Eso sí, primero tuve que ir a clases de tango para aprender, pero cuando te gusta algo, siempre le metes un poco de onda. Durante un tiempo cante tangos pero como el maestro “Pichuco” está viejito dejamos de tocar. Igualmente a mí me gusta mucho el tango”.

La Forlan

A la par de la época tanguera llegó la banda “La Forlan”, “que armamos con Jorge Tello. Ese grupo nació hace nueve años porque soy fanático de Manal de toda la vida. La banda surge como un homenaje a Javier Martínez, que es una de las leyendas del rock nacional y de América. Es una persona muy importante en el ambiente del rock sudamericano, a quien tuve la oportunidad de conocer en su visita a Viedma”.

Al referirse a la banda, afirmó que “ellos no fueron comerciales, pero fueron los primeros en tocar blues.  Por eso con La Forlan hacemos un homenaje que  nos ha dado muchas satisfacciones, hacemos versiones de esos temas, nuestras, sin irnos demasiado lejos y sin faltar respeto”.

Durante las presentaciones de La Forlan Julio descubrió que “mucha gente no saben de quienes son temas como “Hoy Nací”, “Una casa con diez pinos” o “Jugo de tomate frío”.

La actual formación de La Forlan, con la que se presentaron durante el verano está integrada por Jorge Tello en el bajo, Julio Barcena en batería “Pichu” Moyano en la guitarra. “Estamos re contentos con el Pichu, es un tremendo guitarrista”.

El regreso de Tribulación

Pero más allá de todo para Pitufo el metal siempre le tira, fue así que hace dos años regresaron con Tribulación.

“Volvimos haciendo lo que nos gusta, una fusión de death metal con thrash metal, además tenemos un gran bajista como Carlitos y un muy buen guitarrista como el Indio, que creo que son lo mejor dentro del heavy metal local y de otros lados también”.

Actualmente la banda está “ensayando a full, armando temas nuevos que seguramente serán grabados próximamente en el estudio de El Camello –Marcelo Idinta-. También tenemos pensado tocar en julio, no tengo la fecha exacta, pero hacia allá apuntamos”.

En cuanto a la grabación, afirmó que “no hay apuro, l hacemos de apoco, por ahora continuaos con los ensayos en mi casa o en Las Grutas o en Patagones en la casa del Indio”.

Como siempre y al igual que hace 20 años atrás los ensayos de Tribulación son una fiesta, “con todo lo que implica esa fiesta”, finalizó entre risas Julio “Pitufo” Barcena.

Foto: Mauricio Martín.

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