Unidos por su afición a las carreras de caballos, cuatro hombres salieron juntos un sábado temprano hacia un encuentro de turf regional en el Valle Medio.
Era invierno y ya había amanecido sobre la Ruta 250, cuando a pocos kilómetros al oeste de General Conesa el conductor de la Amarok chocó accidentalmente contra un tambor que había sobre la banquina. El impacto causó el vuelco de la camioneta y uno de los acompañantes resultó gravemente herido en una pierna.
Un reciente fallo condenó al conductor y a su aseguradora a indemnizar al pasajero con 708.000 pesos, más los intereses que se acumulen hasta el efectivo cumplimiento de la sentencia, por la incapacidad física irreversible que sufrió el hombre, más el daño moral, más los gastos médicos y psicológicos en los que incurrió para tratar de revertir las secuelas del siniestro.
La sentencia impuso a la aseguradora del conductor cubrir la reparación “en los términos y condiciones de la póliza” contratada. La empresa interpuso una apelación contra el fallo de primera instancia pero no sostuvo el recurso ante la Cámara Civil de Apelaciones de Roca, por lo que la condena quedó firme.
De acuerdo con la demanda, el hombre herido y el conductor son vecinos y aficionados al turf regional, por lo que solían concurrir juntos a distintos encuentros en la zona.
El día del accidente, el damnificado fue derivado de urgencia al Hospital de Ingeniero Huergo, donde constataron que tenía una fractura de peroné en la pierna derecha. Luego fue operado en el Policlínico Modelo de Cipolletti, donde le colocaron clavos de osteosíntesis, para luego seguir los tratamientos de kinesiología para tratar de revertir las consecuencias de la lesión.
Incapacidad
Sin embargo el hombre, quien al momento del vuelco tenía 57 años y trabajaba como albañil, resultó con una incapacidad laboral definitiva del 43 por ciento, lo que repercutió severamente en múltiples esferas de su vida.
Durante el juicio se debatió la responsabilidad civil en los casos de “transporte benévolo”, una situación que se da cuando la persona que sufre el daño es transportada gratuitamente por la persona a la que se le atribuye la responsabilidad.
Para definir la indemnización por el daño material, el fallo de primera instancia, dictado por el Juzgado Civil N° 3 de Roca, contempló la incapacidad física resultante, el ingreso que tenía el afectado, la perspectiva de mejora de tal ingreso en el futuro y su proyección de vida laboral, entre otras variables, a lo que sumó los gastos de tratamientos, curaciones, farmacia, consultas médicas, traslados y tratamiento psicológico derivados del hecho.
Daño moral
En cuanto al daño moral, el fallo consideró “que se trató de un accidente por transporte benévolo”, la edad que tenía el hombre, los padecimientos derivados de la operación y de la incapacidad consolidada, el malestar, la afectación de su capacidad y autoestima, el cambio drástico de su vida familiar y de relación, entre otros varios sentimientos negativos que le generaron un deterioro psíquico.