El 2 de abril de 1982 los argentinos nos despertábamos con la noticia de que habíamos recuperado las Islas Malvinas.
La dictadura hablaba de un gesto de reivindicación de la soberanía. En realidad, sólo se trataba de un intento desesperado del régimen militar por reinventarse ante el fracaso económico y social del proyecto que había instaurado en 1976.
Eso y las voces que en todo el mundo comenzaban a denunciar la violación sistemática de los derechos humanos determinaron que los usurpadores del poder nos llevaran a una guerra.
Con el regreso de la Democracia sabríamos que 649 jóvenes argentinos dejaron sus vidas en las Islas, que fueron cerca de 1300 los heridos, y que las secuelas psicológicas desembocarían en el suicidio de 350 excombatientes.
Desde la CGT Zona Atlántica, queremos rendirle homenaje a esos héroes, a los que dejaron sus huesos en las Islas como fieles custodios de nuestra irrenunciable soberanía, pero también a los que volvieron y fueron escondidos durante mucho tiempo como si deberíamos sentir vergüenza por ese fracaso.
Nosotros sabemos que los únicos que fracasaron fueron los genocidas que no conformes con la miseria y muerte que sembraron en el suelo patrio inventaron una guerra para mandar a morir a nuestros pibes.
La soberanía sobre Malvinas es irrenunciable, el orgullo por nuestros Veteranos no se discute, y el homenaje a los caídos en esa guerra es parte de nuestra lucha de todos los días. Los trabajadores organizados recordamos la valentía de nuestros héroes. Dios los tenga en la gloria, hoy y siempre.