Con la realización de los alegatos de clausura, concluyó el juicio desarrollado ante un tribunal colegiado por un hecho ocurrido el 22 de julio de 2024 en la localidad de San Javier, en el que un hombre resultó gravemente herido tras recibir un disparo con un arma de fuego.
Durante las dos jornadas del debate oral y público, el Ministerio Público Fiscal presentó prueba testimonial, documental y pericial que, según sostuvo hoy, permitió tener por acreditada la materialidad del hecho y la autoría por parte del acusado. Se incorporaron al juicio declaraciones de testigos presenciales, agentes policiales y personal médico, quienes coincidieron en señalar la presencia del imputado en el lugar del hecho, así como las circunstancias de tiempo, lugar y modalidad en que se produjo la agresión.
Según la teoría sostenida por la Fiscalía, el acusado se presentó inicialmente en una vivienda ocupada por trabajadores temporarios, increpó a uno de ellos por supuestos daños en su vehículo y luego se retiró. Minutos más tarde regresó portando un arma de fuego tipo escopeta, golpeó el portón de ingreso, rompió ventanas y exigió que salieran quienes se encontraban en el interior. En ese contexto, efectuó un disparo a corta distancia que impactó en la región axilar de una de las víctimas.
La acusación destacó el carácter letal del arma utilizada, la dirección del disparo hacia una zona vital del cuerpo, el riesgo de muerte inminente y las consecuencias irreversibles que sufrió la víctima: múltiples intervenciones quirúrgicas, amputación de un brazo y secuelas permanentes tanto físicas como psicológicas. Según la pericia forense, sólo la atención médica inmediata evitó el fallecimiento del hombre. La propia víctima “relató en juicio cómo sintió el disparo, qué fue lo que hizo en ese momento”, y ese testimonio fue “corroborado por las pericias forenses, tanto médica como psicológica”. Dijo que “sintió que se iba a morir, que tenía miedo”.
Según la Fiscalía, “sólo la urgencia y la inmediatez con la que recibió atención médica evitaron su muerte; de otra forma, hubiese perdido la vida”. El informe médico indicó que “recibió transfusiones, requirió cirugías urgentes” y que “el estado era de extrema gravedad”. El disparo fue dirigido “al torso, a una zona vital de la víctima, no al techo ni al piso”, lo que, sumado al “carácter fulminante y letal de un arma larga”, demuestra para la parte acusadora la clara intención de matar. En ese sentido, el perito balístico afirmó que “la efectividad del disparo de ese tipo de armas es superior al 90%”. La lesividad ocasionada “es evidente”: la víctima fue “sometida a reiteradas cirugías”, se le practicó “una traqueotomía que aún continúa vigente” y se le “amputó el brazo hábil para salvarle la vida”.
En cuanto a la conducta del acusado, se remarcó que el disparo fue intencional y dirigido: «Estaba ciego», dijeron para graficar la furia. Agregaron que luego huyó del lugar sin brindar ayuda, que se deshizo del arma y que intentó ocultarse. También indicaron que no existen elementos que permitan suponer alguna alteración en su capacidad de comprensión o autodeterminación al momento del hecho.
Finalmente, la Fiscalía solicitó que se lo declare penalmente responsable por los delitos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa, amenazas agravadas y daño, en perjuicio de tres personas.
Por su parte, la Defensa Pública solicitó que el hecho sea reencuadrado como lesiones gravísimas. Reconoció que el acusado protagonizó el episodio, pero alegó que no existió intención homicida.
En ese sentido, señalaron que los piedrazos que recibió en su auto le generaron temor por el daño a un bien que consideraba preciado, y que su accionar posterior se desarrolló en un contexto confuso, con consumo de alcohol por parte de varios involucrados, escasa visibilidad y ausencia de vínculo previo entre el imputado y la víctima. También reconocieron que el hombre estaba “sacado”, sosteniendo que no pudo dominar su carácter, tal como lo expresaron diversos testigos.
Finalmente, insistieron en que no debe inferirse dolo homicida a partir de la gravedad de las lesiones ni de las manifestaciones posteriores.
Concluidos los alegatos, se declaró clausurado el debate. La lectura del veredicto se realizará el miércoles 7 de agosto.